II. Análisis del Concepto de Refugiado – La categoría de refugiado desde su origen hasta la actualidad

AUTOR: María Soledad Gonzalez, cientista politica pela Universidade de Estocolmo e pesquisadora na entidade sueca de apoio aos refugiados
RUBRICA: Notas de pesquisa – conceitos
PALABRAS CLAVE: refugiados; definición; derechos humanos; derecho de asilo; conflictos bélicos; ACNUR.

Introducción
El comienzo de este siglo se ha caracterizado por un creciente número de conflictos inter- e intraestatales que ha afectado a millones de personas que escapan de los focos de conflicto. Según el último informe de ACNUR23, el número de refugiados y desplazados actualmente excede los 50 millones de personas, superando así incluso la cantidad de refugiados durante la Segunda Guerra Mundial (Amnistía Internacional, jun 2015). Ante la naturaleza heterogénea de los conflictos bélicos sumado a nuevos desafíos como son desastres naturales, se observa la insuficiencia de la institución del asilo. Asimismo, la capacidad de acción tanto de los Estados como de la sociedad internacional en su conjunto ante las presentes crisis humanitarias es más bien limitada.
El objetivo de este artículo es presentar las limitaciones y obstáculos que el régimen encuentra actualmente, particularmente respecto de la definición de refugiado en el contexto actual, es decir, con grandes flujos de refugiados huyendo de conflictos en África y Oriente Medio sumado a políticas cada vez más restrictivas por parte de las grandes potencias. Las principales fuentes de información han sido informes del ACNUR y demás organizaciones internacionales reconocidas, que trabajan en éste ámbito como es Amnistía Internacional. Además, son aquí citados trabajos académicos previos en dicha área.

Evolución histórica del derecho de asilo y el concepto de refugiado
Es imposible estudiar el derecho de asilo fuera de su contexto histórico, ya que esta institución fue resultado del mayor conflicto bélico de nuestra historia – la Segunda Guerra Mundial. Como sabemos, como respuesta al genocidio y a las torturas durante esta guerra, surge la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la cual establece en el art. 14, el Derecho a asilo (Asamblea General de la ONU, 1948). Ya en diciembre de 1951, y con una visión extremadamente optimista, se crea el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados con un mandato de sólo tres años afín de actuar en el desplazamiento de refugiados de Europa (ACNUR, Historia, 2015). No obstante, el concepto de refugiado adoptado en la Convención de Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados, era muy restringido, ya que se encontraba limitado tanto temporal como geográficamente (ACNUR, Estatuto, 1951); es decir, este estatuto sólo reconocía como refugiados a los afectados en Europa y a los acontecimientos antes de 1951 (Da Frota Simões, 2011, pp. 1-3).
En esa misma década, como consecuencia de la Revolución Húngara, se vería que el ACNUR no sería un mero instrumento temporario. Otros conflictos, como los que llevan a la descolonización de Àfrica, traen consigo figuras atípicas de refugiados hasta ese momento, que crearían grandes dificultades en los países de acogida (Prieto-Godoy, 2013, p. 89). En este contexto, urge la necesidad de ampliar el término de refugiado; así con Protocolo de 1967 se excluyen las reservas temporal y geográfica antes mencionadas (Da Frota Simões, 2011, pp. 1-3).
Sería apropiado además considerar la naturaleza geopolítica y estratégica de las instituciones del régimen de refugiados. Durante la Guerra Fría, los refugiados se convierten en un elemento más de disputa entre los bloques occidental y soviético. En ese contexto, la definición de refugiado es meramente política y es utilizada tanto por los EEUU como por la Unión Soviética como elemento de la política externa para ejercer presión sobre los nuevos estados de la periferia, obligándolos a elegir un posicionamiento. Con el fin de la Guerra Fría, los refugiados pierden esa carga ideológico-política, razón por la cual la protección por parte de las grandes potencias se reduce considerablemente. Un ejemplo de esto fue la protección temporaria de diversos países europeos a los refugiados del conflicto de los Balcanes (Reis y Bertino, 2010, p. 24).
El presente siglo ha traído muchos cambios en el sistema migratorio internacional con la introducción de políticas cada vez más estrictas por parte de los países industrializados. Primeramente, los ataques del 11 de Septiembre 2001 impulsan la securitización del sistema internacional materializada en la llamada Guerra al Terrorismo. En muchos casos, estas extremas medidas de seguridad, repercuten en graves violaciones a los derechos humanos como son detenciones arbitrarias, aislamientos, maltratos y hasta la persecución de determinados grupos étnicos o religiosos (Amnistía Internacional, 2006). Esto también ha aumentado la islamofobia, lo cual perjudica a personas en busca de asilo, ya que el prejuicio afecta el procedimiento de reconocimiento de las mismas como refugiados (Prieto-Godoy, 2013, p. 94). Por otra parte, la profunda crisis económica en EE UU que hace eco en Europa desde 2008, limita bastante el movimiento migratorio, particularmente desde los países denominados “push”24 hacia los “pull”. Otro factor que tiene gran impacto en el número de refugiados hoy en día es el cambio climático, ya que el ascendente número de desastres naturales, deja a millares de personas sin hogar. Este fue el caso de Filipinas, por ejemplo, cuando en noviembre de 2013 el tifón más fuerte hasta entonces registrado obligó el desplazamiento de 4 millones de personas (Refugees International, 2015).

El concepto de refugiado y sus limitaciones en el orden global contemporáneo
Según el último informe de Amnistía Internacional, estaríamos presenciando la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. El número de refugiados sólo en Siria supera los 4 millones, donde además unos 7,6 millones de personas se encuentran desplazadas dentro del país. Por otro lado, el número de refugiados que arriesga su vida intentando atravesar el Mediterráneo para llegar a Europa es cada vez mayor. Sólo en 2015 más de 200.000 personas se embarcaron en la travesía, de las cuales 3500 perdieron la vida. De cualquier manera, aunque el foco de los medios esté en el Mediterráneo, el número de refugiados que llega a Europa es mínimo comparado con el enorme impacto demográfico que los países vecinos a Siria están teniendo. Por ejemplo, se calcula que el Líbano ya ha recibido un número de refugiados equivalente a un cuarto de su población total. Además, varios de los países receptores, como Libia, están en una situación muy inestable, lo que hace presumir que no estarían en condiciones de ofrecer protección a los refugiados (Amnistía Internacional, junio 2015).
Todos estos hechos ponen el derecho a asilo en el centro del debate actual. Sin embargo, cabe destacar que el derecho de asilo no es sinónimo de derecho a asilo. Es decir, el Estatuto del Refugiado reconoce el derecho de buscar asilo pero no obliga a los Estados a reconocerlo. Apenas prohíbe que se devuelva a las personas que corren riesgo de muerte en su país de origen (principio de non-refoulement). Por lo tanto, la decisión de recibir refugiados es un acto soberano del Estado y, en consecuencia, una decisión política marcada por complejos intereses. Los Estados interpretan las normas del derecho conforme sus propios intereses ya que no existe una autoridad supranacional que pueda obligarlos a cumplir las normas del Derecho Internacional. Algunos autores consideran que los Estados ponen en la balanza la relación costo-beneficio que les trae la recepción de refugiados. O sea, si los beneficios superan los costos, el Estado estará más dispuesto a crear políticas favorables a la acogida (Reis y Bertino, 2010, pp. 18-19).
Asimismo, la naturaleza no vinculante de los regímenes internacionales hace que la solución del problema a fin de cuentas esté siempre en manos de los Estados. De esta forma, será él que determina si un individuo puede obtener el estatus de refugiado. Además, es el Estado que interpreta las definiciones, y en los casos en que las personas obligadas a migrar no encuadran en la definición legal (como es el caso de personas amenazadas por su condición sexual o de mujeres que corren el riesgo de sufrir mutilación femenina), queda a merced de las autoridades estatales.

Consideraciones finales
Observamos que la realidad de los refugiados hoy es muy diferente a la del origen de esta institución. La complejidad del escenario internacional contemporáneo, deja la definición un tanto desfasada y lejos de abrigar las nuevas condiciones en las que se encuentran las personas forzadas a huir.
A pesar de que el sistema internacional tenga cada vez más actores que influencian la gobernanza global, el Estado continúa siendo el centro y el actor más determinante a este respecto. Por lo tanto, es la obligación de los estados de desarrollar estrategias intergubernamentales como por ejemplo, la introducción de cuotas de repartición de cargas o crear procedimientos de carácter vinculante baseados en el principio de “pacta sunt servanda”, ya que la ausencia de estos mecanismos incentiva prácticas nacionales dispares.
Por último, los principios socioeconómicos reflejados en los Derechos de Segunda y Tercera generación aún no son reconocidos por la sociedad internacional en su totalidad, lo que es absolutamente incompatible con las normas jurídicas protectoras de los derechos humanos (Prestel, 2015). A este respecto, tanto la sociedad civil como la ONU y otras organizaciones defensoras de derechos humanos, deberían insistir en el reconocimiento de estos derechos.

Notas
23) ACNUR: Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados
24) Se denomina “push” a los países que atraen migrantes y “pull” a los países de los cuales las personas emigran.

Bibliografía
Da Frota Simões, G. (2011). “Os 60 anos da Convenção Relativa ao Estatuto dos Refugiados: Uma breve análise do conceito e os problemas atuais”. Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada, pp. 1-3.
Prieto-Godoy, Carlos A.(2013). “La situación de las migraciones internacionales mixtas, un desafío constante para el derecho internacional de los refugiados y el derecho de asilo”, Díkaion 22-1, pp. 83-107.
Reis Rocha, R; Bertino Moreira, J. (2010). “Regime Internacional Para Refugiados: Mudanças e desafios”, Relações de Sociologia e Política . V18 (No 37), pp. 17-30.
Webgrafía
ACNUR. (2015). Historia del ACNUR. Disponible en: http://www.acnur.org/t3/el-acnur/historia-del-acnur/. Último acceso: 22 jun 2015.
Amnistía Internacional (Jun 2015). Report: “The global refugee crisis: A conspirancy of neglect”. Disponible en: https://anistia.org.br/wp-content/uploads/2015/06/P4575-Global-refugee-crisis-Syria.pdf. Último acceso: 20 jun 2015.
Amnistía Internacional. (2006). EEUU utiliza empresas “tapadera”para realizar vuelos secretos rumbo a la tortura y la “desaparición”. Disponible en:
https://www.es.amnesty.org/noticias/noticias/articulo/eeuu-utiliza-empresas-tapaderapara-realizar-vuelos-secretos-rumbo-a-la-tortura-y-la-desaparicion/. Último acceso: 20 jun 2015.
Asamblea General de la ONU, Resolución 217 A (III). (10 dic 1948). Declaración Universal de Derechos Humanos. Disponible en:
http://www.ohchr.org/EN/UDHR/Documents/UDHR_Translations/spn.pdf. Último acceso: 22 jun 2015.

I. La guerra o el modelo ¿quién es el villano?

AUTOR: Héctor Silva Michelena economista e professor (UCV) Caracas
RUBRICA: Notas de pesquisa – conceitos

Decía el gran físico Werner Heisenberg que “la cosa observada no es independiente del observador”. Entre ambos se interponen innumerables notas distintivas prejuzgadas puestas por una larga sucesión de generaciones. Todos padecemos de prejuicios cognitivos. Un prejuicio cognitivo es una distorsión cognitiva que afecta al modo en el que los humanos perciben la realidad. Las categorías generales de prejuicios se establecen a partir de creencias basadas en las costumbres, tradiciones o mitos que se adjudican a determinado grupo. Como tal, se originan primero hacia un individuo, luego se atribuyen a todo el grupo al que pertenece ese individuo, y, a continuación, se aplican a todos los individuos del grupo: Fascismos, militarismos.
Los especialistas sostienen que los prejuicios surgen de la necesidad del ser humano de protegerse de todo aquello que reconoce como potencialmente peligroso. Los prejuicios, en este sentido, actúan proporcionándole la posibilidad de tomar decisiones firmes y rápidas que eviten situaciones peligrosas. Ejemplos: El Gobierno: la guerra económica que Maduro y su gobierno dicen que han lanzado los agentes económicos y políticos contra el Proyecto Bolivariano. La oposición: J.P. Olalquiaga, presidente de Conindustria, ha dicho: “El Gobierno sigue quebrando las empresas que quedan en el país. Necesitamos un nuevo rumbo en materia económica, llegamos a un problema no político sino de fuerza, y la fuerza está en el cambio que quieren los venezolanos”.
¿Cuál es el problema? ¿De  fuerza? Sí, pero no de las armas, sino de la soberanía y el querer del pueblo. La grave crisis societaria que sufre Venezuela, cuyas manifestaciones más visibles son la escasez y la carestía persistentes de todos los bienes básicos para el ser humano. En pocas palabras, en Venezuela se ha instalado la “economía de la escasez”, característica de todos los socialismos que existieron y existen. ¿Quién se acerca a la verdad? Veamos.
¿Qué son las leyes económicas? Clásicos del marxismo: Son las interdependencias objetivas y las conexiones de causa y efecto esenciales que persiste en los procesos y fenómenos económicos, y sin las cuales no se puede hablar de relaciones de producción en su integridad y desarrollo. Según Marx, el hombre no puede crear, cambiar o abolir las leyes económicas, pero puede descubrirlas, conocerlas y utilizarlas en provecho de la sociedad. Utilizar las leyes económicas significa concordar la acción humana con las exigencias de dichas leyes. Si la economía es de mercado, estas leyes no pueden ser abolidas por el hombre, pero sí orientadas en provecho de la sociedad. ¿Cómo? Mediante la acción de las políticas públicas.
La política económica,  puede reorientar los flujos monetarios (presupuesto) para redirigir los flujos reales y utilizarlos en provecho de la sociedad. ¿Cuál es esta política en el gobierno? Están en el Plan de la Patria, de Chávez (letra muerta) y en la Agenda Económica Bolivariana de Maduro: 15 motores productivos y los CLAP.
Para los no-marxistas, clásicos y neoclásicos: las escuelas fundamentales son la clásica, la neoclásica y la keynesiana. Estas, a su vez, tienen sub-escuelas: neoclásicas, síntesis neoclásica, neo-keynesianismo, post-keynesianismo, etc. Todas ellas tienen (no los clásicos) un denominador común: la evaluación personal de la utilidad de un objeto es la fuente del valor de esos objetos, y esa utilidad expresa las preferencias del consumidor.  Todo esto es válido, aunque modificado, en los casos de competencia imperfecta, oligopolio, intervención estatal, información asimétrica. Amartya Sen introdujo un matiz importante: un bien es útil si quien   lo recibe (compraventa, regalo, donación) sabe y está en capacidad de darle utilidad. Si un hogar, que ha vivido largamente o toda su vida en un rancho, recibe una vivienda, donada o subsidiada, no sabrá cómo utilizarla bien, y meterá el rancho en su nueva vivienda.
¿Qué es la escasez y cómo se cuantifica? El concepto no es absoluto, es una relación entre el consumidor (la demanda) y el bien (la oferta). Un almacén puede ofrecer pocos  bienes, pero si nadie los demanda, esos bienes no son escasos. Puede que una empresa produzca, y distribuya, una gran cantidad de productos, pero si el crecimiento de la demanda es mayor, suben los precios o se evidencia la escasez. Si esta persiste, entonces el consumidor compra más, para proteger el alimento de su hogar. Y si aún se sostiene largamente, la escasez se reproduce. Y esto es lo que está ocurriendo hoy en  día en Venezuela.
¿Cómo se cuantifica? Hay dos métodos frecuentes: 1) la programación lineal (PL), y 2) la elaboración de índices. La PL es un procedimiento matemático para calcular un plan óptimo de actividades. Por ejemplo, una empresa busca determinar el máximo o el mínimo de un objetivo de beneficio o producción, bajo restricciones específicas para satisfacer una demanda que estimó. Si los recursos productivos de que dispone (insumos, divisas, máquinas, trabajo) son insuficientes (restricciones), entonces la firma no podrá satisfacer la demanda estimada, y se   abrirá una brecha respecto a la oferta; el resultado es la falta del producto, que puede ser transitoria, pero si este evento  se repite con mucha frecuencia, es decir, se hace crónico, se convierte en escasez.
En cuanto a los índices, existe el que labora el BCV, que no siempre es publicado. En el caso de la escasez crónica (la ex URSS, Cuba)) ocurren cientos de miles de esos eventos elementales. La intensidad de la escasez depende de la frecuencia de esos eventos. Al ser un fenómeno masivo puede ser descrito estadísticamente. Y, mediante métodos apropiados, con los hechos  observados se elabora un indicador que muestra la frecuencia con la cual ese evento ocurre. Contrastándolos con los resultados de la PL, se determinan las causas del fenómeno. Surge así la pregunta:
¿Por qué la producción ofrecida es insuficientes para satisfacer la demanda de los artículos regulados? El gobierno insiste en que los agentes económicos privados (la burguesía) y los partidos de oposición lanzaron una  guerra económica contra el Proyecto Bolivariano.  Pero hay un dato irrefutable: los resultados de las elecciones a la AN el 6D pasado. El gobierno no los supo ni los sabe leer todavía: según los expertos, se trató de un voto castigo a una mala gestión: el pueblo sufría para comer, hallar sus medicinas y artículos de higiene personal y del hogar.
De ahí los decretos de Estado de Excepción y  Emergencia Económica (enero) y el muy reciente que crea la Gran Misión de Abastecimiento Soberano (Gaceta Oficial del 11 de julio 2016), muy bien analizado por José I. Hernández en Prodavinci. El Órgano Superior del Comando, que asumirá  la gestión ordinaria del Comando Nacional, tendrá como Jefe al Ministro de la Defensa quien, desde la unión cívico-militar, deberá “aprovechar la capacidad operativa de La FANB en todo el territorio del país […] para la garantía de los derechos a la alimentación y la salud […] en la aplicación del principio de corresponsabilidad en la defensa de la seguridad de la nación […] en la cual la FANB debe participar activamente”. Así que, Mauro y el general Padrino López, Jefe del Órgano Superior, han declarado la guerra “no convencional” contra los contra los contrarrevolucionarios: empresarios, partidos de oposición, y todos los disgustados y críticos de su gestión económica.
Algunos datos: según Conindusria, en 2016  la capacidad utilizada fue de 36%, la producción cayó un 61%; las restricciones fueron, en este orden: falta de materias primas, nacionales e importadas, falta de divisas, incertidumbre jurídica y política, economía controlada, fallas eléctricas. Estas son condiciones de alto riesgo, que frenan la propensión a invertir y estimulan la fuga de talentos y de empresas extranjeras. Pese a que el gobierno de Nicolás Maduro ordenó la ocupación de la planta y oficinas de la empresa por parte de los trabajadores locales, con Kimberly-Clark, son 16 las multinacionales que han optado por salir de Venezuela desde 2010. El deterioro de las condiciones económicas y de negocio fue el motivo principal de su salida.
En la agricultura y cría,  Antonio Pestana explica la situación así, en una entrevista con Deutsche Welle (TV alemana): Señor Pestana, ¿cómo le explicaría FEDEAGRO a una audiencia extranjera los factores que propician la escasez de alimentos en Venezuela?
Antonio Pestana: Las principales causas de la dramática situación que vivimos son la falta de garantías económicas, de seguridad jurídica y de seguridad personal; la escasez de insumos y de personal capacitado; serios problemas de desarrollo tecnológico y de financiamiento; y la falta de competitividad de la producción nacional frente a las importaciones. Férreos controles hacen que el precio de muchos de los bienes esenciales tienda a estar por debajo de los costos de producción. En otras palabras, la producción agraria no es rentable.
La integridad de nuestras unidades de producción tampoco está garantizada. Según las cifras oficiales, el Gobierno ha confiscado 5,2 millones de hectáreas en 1.200 unidades de producción en la última década. Hoy en día, las tierras confiscadas producen menos de lo que lo hacían con sus propietarios originales o no producen. A eso se suma la inseguridad personal: la violencia delictiva –los robos y los secuestros, por ejemplo– hace estragos en los campos agrícolas del país. En algunos casos, nos impide ir a nuestras unidades de producción; en Venezuela se tienen 35 millones de hectáreas de tierras con mucho potencial, pero apenas se utilizan 11 millones.
Exceptuando al fertilizante nitrogenado, en Venezuela no se producen agroquímicos; éstos deberían ser importados. Pero, como tenemos un control de divisas muy severo y los dólares se asignan de manera discrecional, el sector agrario no ha podido honrar sus compromisos con empresas extranjeras; ya se nos percibe como deudores morosos y se nos ha cerrado toda línea de crédito. Ahora dependemos de lo poco que importa el Estado y esas limitaciones hacen que las superficies cosechadas se reduzcan considerablemente.
La empresas privadas que solían importar maquinaria, implementos y repuestos ya no lo hacen. También en ese caso dependemos totalmente de las adquisiciones que haga el Estado. La vida útil del 65 por ciento de nuestros tractores y del 85 por ciento de las cosechadoras ha caducado. Ese grado de obsolescencia y la falta de repuestos llevaron nuestra capacidad para producir al mínimo. Por otro lado, el Gobierno no le ha dado la importancia que merece a la capacitación, la generación de conocimiento y su transferencia.
En Venezuela, un índice de inflación de tres dígitos hace que la cartera agrícola obligatoria aumente su valor en términos nominales; pero, en términos reales, ésta pierde valor con cada día que pasa y eso limita la capacidad de invertir. Por si fuera poco, la sobrevaluación del dólar desestimula la compra de productos nacionales y le da impulso a las importaciones, muchas de las cuales han sido llevadas a cabo de manera oportunista por algunos empresarios y miembros del Ejecutivo.

Conclusión
Los empresarios del campo y la ciudad sostienen, pues, que el problema encuentra sus raíces  en el proyecto económico implantado por Chávez, y seguido por Maduro, que ha despilfarrado los enormes recursos percibidos, destruido la capacidad productiva doméstica, alimentado la inflación, y aumentado nuestra dependencia del ingreso petrolero (97% de las divisas) y de proveedores foráneos. Recordemos a Heisenberg. ¿Qué observa el gobierno? Probablemente, estos mismos datos, pero temperados por el prejuicio oficialista. Y los juzga como datos de la guerra económica desatada por “actores económicos y políticos adversos al Proyecto Bolivariano”.
Su política económica procura el control total de la economía, pero no lo ha logrado porque los venezolanos se lo han impedido. La estructura institucional de la economía venezolana es, hoy en día, aproximadamente la siguiente: PIB público: 40%, PIB privado: 58%, economía social: 2%. ¿Sobre qué cantidad de capital y de empleo se levanta ese 40%? Nadie lo sabe. Como los sectores público y privado están monetizados y emplean trabajadores asalariados, se desprende 1) que en nuestra  economía rigen las leyes mercado, y 2) que el Estado, al tener asalariados, les extrae un excedente, como cualquier burgués. Sólo que en peores condiciones: son personas que pueden verse  obligadas a vender su voluntad. A desaparecer como ciudadanos.
¿Podrá la FANB, comandada por el general Padrino León, abolir las leyes de la economía de mercado? ¿Podrá reorientar la política económica en provecho de todos los venezolanos, sin que el gobierno cambie?